lunes, 3 de diciembre de 2012

Propaganda fascista en Madrid


Durante la guerra civil española, Madrid se convirtió en símbolo internacional de resistencia contra el fascismo. El lema "No pasarán!" dio la vuelta al mundo.
Desde la sublevación militar del 18 de julio de 1936, y su fracaso en la ciudad de Madrid, su toma se convirtió en objetivo prioritario para los golpistas por su altísimo poder estratégico y simbólico.
Comenzó un duro acoso a la capital, primero desde el norte (general Mola), y más tarde también desde el sur y el este (generales Varela y Yagüe).
Por más que lo intentaban, los continuos embites de las tropas sublevadas eran repelidos por las columnas republicanas con el apoyo de las brigadas internacionales y el armamento soviético.
A pesar de los continuos bombardeos que sufrío la capital, y de los estragos ocasionados por los bombarderos Junker nazis (y protegidos por los Fiat enviados por la Italia fascista de Mussolini), el frente se estabilizó y el bando nacional comenzó un duro asedio que no terminó hasta la rendición de Madrid el 28 de marzo de 1939.

Hoy, 73 años después podemos decir que pasaron. ...Y vaya si pasaron.

Desde la llegada de la democracia, las fuerzas vivas del movimiento, los nostálgicos fascistas y los autoproclamados patriotas han visto su actividad política y social reducida a un papel residual, repudiados oficialmente por los partidos democráticos e ignorados por la inmensa mayoría de la sociedad española.
La actitud de algunos partidos políticos (como el PP) a los que se acusa de actuar cínicamente respecto a la falange y otras organizaciones de la extrema derecha (repudiándoles en público pero reconociéndoles en privado) es la de beneficiarse de la existencia de una extrema derecha radical que amplía el espectro político por ese lado, colocándoles a ojos de la opinión pública en posiciones moderadas y centristas. Además en la práctica quienes profesan ideas ultraderechistas consideran más útil dar su voto al PP.

En los últimos meses, y con la excusa del repunte dramático de la crisis económica, estoy asistiendo perplejo a la impunidad con la que se desenvuelven dichos grupos radicales en Madrid. Con eslóganes tan simplistas como populistas, acusan a los inmigrantes y a los separatistas vascos y catalanes de la penosa situación en la que nos encontramos.
No dudan en empapelar Madrid con carteles y pegatinas que bajo el eslogan de Vuelva General, exponen el busto del dictador Franco. Convocan manifestaciones bajo el lema "El problema es la democracia", incluyen símbolos inconstitucionales como el águila de San Juan o el yugo y las flechas falangistas. No tienen inconveniente en convocar actos de homenaje al dictador Francisco Franco sin que las autoridades democráticas tomen cartas en el asunto (hay que decir que gracias a la presión popular han tenido que suspender algunos actos de este tipo), y convocar manifestaciones y actos contra la constitución.

Mientras las leyes reprimen duramente la apología del terrorismo, y detienen e ilegalizan a organizaciones y personas bajo tal acusación (http://www.publico.es/culturas/399868/detenido-el-rapero-pablo-hasel-por-presunta-apologia-del-terrorismo), y grupos musicales y artistas son vetados por similares acusaciones, las organizaciones fascistas y neonazis pueden inundar Madrid con su propaganda sin sufrir sanción alguna.
Siendo malpensado podría llegar a la conclusión de que el gobierno del PP hace la vista gorda porque en el fondo no están en desacuerdo con ellos. También podemos darle la vuelta al razonamiento y pensar que les ignoran para no darles publicidad.

A mí personalmente lo que más me sorprende e indigna es descubrir que el tablón de anuncios predilecto para su propaganda son los escaparates de las entidades bancarias. Si nos damos un paseo por casi cualquier barrio de Madrid podemos encontrar los cristales de todos los bancos atiborrados de carteles y pegatinas, que pasan allí días e incluso semanas sin que sean retirados.


Cualquier ciudadano que alguna vez en su vida haya salido a hacer una pegada de carteles por las calles se ha dado cuenta de que no duran más de unas horas. Ya sea por medio del servicio municipal de limpieza o las contratas de limpieza privadas de las entidades financieras, los carteles políticos no resisten más de un día o dos. En cambio, los carteles y pegatinas como los expuestos en las fotografías, pasan semanas pegados en los escaparates antes de ser arrancados (a menudo por los propios ciudadanos).
Y yo me pregunto. ¿Será que los bancos al reducir gastos ya no pueden permitirse el servicio de limpieza?
Más bien me veo inclinado a pensar que hoy, como ayer, los bancos se sienten más seguro bajo un régimen autoritario de extrema derecha, que ante una democracia que pueda sancionar sus desmanes (que es lo que piden los movimientos sociales).
La banca española e internacional apoyó el ascenso de las dictaduras en España, Italia, Alemania, etc. En España el banquero Joan March fue uno de los principales patrocinadores del golpe y quien pagó el alquiler del avión Dragon Rapide que trasladó a Franco desde las islas Canarias hasta el norte de África para reunirse con sus ejércitos.

La dejación de funciones por parte de la justicia y el gobierno, sumada a la complicidad de la banca, puede dar lugar a situaciones poco deseables.
Aunque aparentemente el peligro de éstos extremistas es bajo, en épocas de crisis una parte de la pobación más castigada (proveniente en parte de los estratos económico-sociales y culturales bajos) puede verse seducida por el simplismo fascista. Necesitamos chivos expiatorios, y ellos nos ofrecen a los inmigrantes y separatistas en bandeja de plata.
Vemos cómo en Grecia el partido neonazi Amanecer Dorado sería la tercera fuerza política según los sondeos. Vemos cómo en Francia el Frente Popular de Marine Le Pen consiguió el 18% de los votos en las últimas elecciones, el partido Jobbik logró un importante apoyo en Hungría, el afianzamiento de la ultraderecha en Polonia y el crecimiento en países como Suecia, Suiza y Noruega.
En España los partidos de extrema derecha, como España 2000, Democracia Nacional, Falange (en sus diferentes vertientes) o el MSR, consiguen muy pocos votos. Sólo Plataforma per Catalunya ha logrado éxito electoral al situarse como sexta fuerza política en Cataluña. Eso sucede porque hasta ahora el voto derechista va a parar al PP, pero... ¿Qué pasará cuando los obreros de derechas se harten de las mentiras del partido de la gaviota?

En momentos de crisis la ciudadanía deja de confiar en los partidos tradicionales y tiende a inclinarse hacia opciones más radicales. Lo natural sería que se inclinasen hacia la izquierda, como de hecho ocurre; pero también pueden hacerlo hacia la derecha debido a que sus discursos populistas pueden llegar a convencer a quienes no disponen de formación e información suficiente.

Las fotos que adjunto fueron tomadas durante un breve paseo por el barrio de Salamanca. Supongo que es donde más concentración hay, ya que entiendo que a las juventudes patrióticas les da pereza alejarse mucho de casa.
















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