Nunca me he sentido atraído por el arte ni por el mundillo esnob y pedante de los artistas y sus acólitos.
Mi única experiencia con este mundillo es que cada año salgo la Nit del Art en Palma y me recorro las galerías bebiendome el vino gratis que ofrecen en cada una de ellas y cachondeandome de toda esa gente que, como yo, no tienen ni idea de arte pero que fingen disfrutar con la contemplación de las obras y se dedican a lucir palmito con sus mejores galas para encontrarse con conocidos y saludar a unos y a otros.
Hace algunas semanas estuve charlando con una amiga a la que ultimamente veo poco porque la mar nos separa. Pica ama el arte. Lo vive intensamente. Me habló de un cuadro que yo había visto muchas veces pero que en el fondo no entendía. El Grito, de Edvard Munch. Me dijo lo siguiente:
"Significa la desesperación de una persona que ya no puede aguantar más. Que se detiene y suelta un gran grito. Y tiene que taparse los oídos para no escuchar su propio alarido. Todo se estremece, incluso la naturaleza; el cielo y el mar se alteran por el grito del protagonista. En cambio hay dos personas que caminan al fondo totalmente ajenos e indiferentes al torbellino de sentimientos que se ha desencadenado a su alrededor".
“Iba caminando con dos amigos por el paseo el sol se ponía - el cielo se volvió de pronto rojo - yo me pare - cansado me apoye en una baranda - sobre la ciudad y el fiordo oscuro azul no veía sino sangre y lenguas de fuego - mis amigos continuaban su marcha y yo seguía detenido en el mismo lugar temblando de miedo - y sentía que un alarido infinito penetraba toda la naturaleza”
Edvard Munch es el artista más famoso e internacional que ha dado Noruega. Su cuadro más conocido (El Grito) se ha convertido en un icono del siglo XX y XXI. Andy Warhol hizo una serie de obras POP basándose en telas de Munch. La revista Times lo ha sacado en portada para ilustrar el tema de los problemas psicológicos. Camisetas, tazas e incluso delantales con la imagen de El Grito.
Edvuard Munch fue un hombre triste, propenso a la melancolía. José Antonio Marina dice que las personas melancólicas pueden serlo en parte por predisposición genética y en parte como causa de la educación y las experiencias vividas. En el caso de Munch se juntan las dos cosas. Su larga vida estuvo salpicada de crisis nerviosas, trastornos que hoy en día se llamarían bipolares y neuroastemia. Mientras que desde muy pequeño tuvo que enfrentarse con la dura experiencia de la muerte al perder a su madre a los cinco años y a una hermana poco después, ambas víctimas de la tuberculosis. Otra hermana tuvo que ser internada en un centro psiquiátrico (lo que confirma la parte genética de los trastornos de Munch). Mientras su padre, un hombre obsesionado por la religión y por el pecado le introdujo un opresivo sentimiento de culpa que le marcó la existencia.
Y es precisamente ésta personalidad melancólica la que como a otros muchos grandes artistas (como Kafka) era la fuente de su genio. Edvard Munch así lo creía.
Desde muy pequeño vivó en Cristiania (la actual Oslo), capital de Noruega y capital también del movimiento artístico – bohemio del norte de Europa. Allí empieza a estudiar arte al tiempo que se relaciona con los grupos bohemios radicales (hoy serían llamados antisistema). Tuvo mucha amistad con Hans Jaeger, escritor de ideas anarquistas, autor de la novela "Un bohemio en Cristiania", que fue confiscada inmediatamente después de su aparición porque atacaba los valores burgueses, con su falsa complacencia y estrechez de miras.
A finales del siglo XIX, con el triunfo de la revolución industrial y la sociedad mecanizada, se impone un nuevo tipo de sociedad que Munch y sus amigos bohemios rechazaban. No querían una sociedad subordinada a la economía, y usaban su arte para luchar contra ella.
“Lo que esta arruinando el arte moderno es el comerció, al exigir que los cuadros se vean bien una vez que se los cuelga en la pared. No se pinta por el deseo de pintar......o con la intención de pintar una historia. Yo que fui a Paris hace siete años lleno de curiosidad por ver el salón y que estaba dispuesto a dejarme llevar por el entusiasmo, lo que sentí fue sólo repugnancia”
Si miramos su cuadro Atardecer en el paseo Karl Johann, de 1892, podemos hacernos una idea de lo que Munch pensaba de la burguesía (lo que hoy serían clases medias, jejeje).
Atardecer en el paseo Karl Johann |
“Los hombres con chisteras, las mujeres con elegantes sombreros, presos de sus propias convenciones y normas burguesas, exhalan una atmósfera de represión moral”
Palabras de Munch sobre el cuadro
A los 22 años hace un viaje a París y allí descubre el arte impresionista. Empieza a practicar ese estilo, influído sobre todo por Gauguin. Pero con el paso de los años va sintiéndose encorsetado por las formas impresionistas y decide dar un giro a su estilo para romper con determinadas barreras y dar rienda suelta a la expresión de sus sentimientos. Influído por artistas como Van Gogh, acaba por crear un estilo propio que daría lugar al expresionismo. El Grito pretenece al ciclo llamado "El friso de la Vida" y pertenece a éste periodo de su obra. El nuevo estilo se basa en representar la subjetividad, el mundo visto desde el alma del autor. Y para ello utiliza colores fuertes y puros, y distorsiona y retuerce las formas para transmitir el ritmo de los sentimientos.
En un principio su estilo no fue bien recibido por el público ni por otros artistas ni por los críticos. Sus exposiciones fueron muy polémicas. La primera que hizo en Berlín tuvo que ser retirada a la semana, pero precísamente la polémica le ayudó a darse a conocer y a tener oportunidad de exponer por toda Alemania.
Se convirtió en un artista conocido y fue pasando los años entre Berlín, París y Noruega, con sus habituales crisis nerviosas de por medio. En 1905 tuvo que ser internado para recibir tratamiento por neurastenia y alcoholismo.
Con la llegada de los Nazis al poder sus obras fueron confiscadas por considerarlas "arte degenerado", y con la llegada de la II Guerra Mundial alcanzó éxito internacional al exponer por primera vez en los EEUU.
Murió cerca de Oslo en 1944 de la misma manera que había pasado sus ochenta años. Solo.