He ido a la FNAC y me he comprado una MOLESKINE.
14 euros con veinte.
¡Qué poco cuesta ser un artista, un bohemio, un soñador!
Existen otros cuadernos, pero no son lo mismo.
Nunca los llevó Hemingway, ni Picasso, ni ninguno de esos hijos de puta que han sabido hacer algo por lo que los demás les admiren.
¡Ven a mí, inspiración!
Ahora nunca me desprenderé de mi MOLESKINE.
De día estarás en mi bolsillo lateral; de noche en mi mesita ASPELUND.
Tengo que estar preparado cuando me venga una genialidad.
Ahora ya no importa si las musas te pillan trabajando.
Lo importante es que no te sorprendan sin tu MOLESKINE.
¡Musas, os espero!
Trataré de sacarla en público y plasmar mis ocurrencias ante mis futuros admiradores. Porque, ¿De qué sirve ser un genio si nadie lo sabe?
Ahora todos pensarán que soy un bohemio gracias a mi MOLESKINE.
MOLESKINE
MOLESKINE
MOLESKINE
MOLESKINE
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