En La Chabola Errante no se permiten turistas.
Nuestro nombre no aparece en las guias, ni te van a recomendar que nos visites en la oficina de turismo.
El recepcionista de tu hotel ni siquiera sabe que existimos.
No queremos tu dinero, así que no puedes comprarnos.
Nada de asomar la cabeza para curiosear, sacar una foto y volver corriendo al rebaño.
No somos un souvenir.
¡Si vienes a La Chabola Errante tienes que estar dispuesta a asumir las consecuencias!
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