viernes, 27 de mayo de 2011

15-M: Zona Temporalmente Autónoma

       Lo dijo Hakim Bey en su libro Temporary Autonomous Zone. La revolución trata perpetuarse en el tiempo, mientras que la revuelta es temporal; dura lo que dura y luego se esfuma dejando tras de sí un pequeño poso de cambio en la experiencia de quienes la vivieron.
       Siempre a lo largo de la historia las revoluciones consumadas han acabado por pervertirse y reproducir las mismas relaciones de dominación que combatían, con la sola diferencia de algún pequeño cambio de nombres. La revuelta es el verdadero motor de cambio, precisamente porque no pretende perpetuarse; aparece, lo pone todo patas arriba y antes de ser derrotado/asimilado/institucionalizado... Desaparece para reaparecer más tarde en otro lugar y bajo otra forma.

       Eso es lo que Hakim Bey llama una zona temporalmente autónoma. La que pilla desprevenido al sistema y le derrota descolocándole, evitando entrar en su juego (cuyas cartas están marcadas) y obligándoles a ellos a correr detrás de nosotros, tropezando constantemente porque están a ciegas.
       Las acampadas que surgieron a partir del 15 M son para mí un claro ejemplo de zonas temporalmente autónomas. De donde parecía no haber nada surgió un movimiento sin líderes, horizontal, autogestionado y basado en la solidaridad y el apoyo mutuo. Pilló por sorpresa a todo el mundo. De ahí su éxito.

       Pero si la revuelta quiere perpetuarse y convertirse en revolución, fracasará.

       Por eso creo que es el momento de poner fecha de levantamiento a las acampadas. Y no verlo como un fracaso (en absoluto) sino como una acción concluída. Hemos ganado una mano al poder. Pero ojo, que manos hay muchas. El sistema ya está pensando en cómo contraatacar y por eso no hay que darle facilidades.
       Las acampadas ya no cuentan con el efecto sorpresa. Si continuamos a toda costa veremos su declive y triste final. Corremos el riesgo de confundirnos y entender los campamentos como un fin en sí mismo y no como una acción más dentro de un gran conjunto de ellas.

       En cambio hay una serie de cosas que pueden continuar sirviendo como infraestructura para preparar nuevas acciones. En éstos días se ha creado una organización fantástica y seguramente los mismos que la han hecho posible están sorprendidos. Sistemas informáticos, de gestión alimentaria, infraestructuras, legal, difusión... Hay que conservar esa organización y trasladarla a un lugar donde sea viable mantenerla a medio-largo plazo. Las plazas tienen fecha de caducidad. La calle tiene sus limitaciones. Hay que buscar un edificio (y no tener miedo de quebrantar la ley).
       La segunda cosa importante son las asambleas, que si se logran trasladar a los barrios y pueblos y hacerse periódicamnete pueden ser una gran herramienta de emancipación de los vecinos.

      Nuestra fuerza es la frescura, la imaginación, la originalidad, la rabia, el altruismo... Todas las cosas de las que los poderosos carecen. Utilicemoslas de verdad y no seamos como el músico que logra hacer un buen disco y continúa el resto de su carrera tratando de explotar la misma fórmula.

jueves, 19 de mayo de 2011

MOVIMIENTO 15-M: La Segunda Hornada Lista Para Salir

                       


   - Hay que ver la que están montando los jóvenes! -
          
          - Es que con esta juventud que tenemos...
                                   
                   - Anarquistas, antisistema, partidarios de la dictadura cubana, estalinistas, Segui... -


       Hace un par de días que llevo leyendo y escuchando cosas como estas en los medios de comunicación nacionales y también locales. Los creadores de opinión empezaron tratando de desacreditar al movimiento 15-M tachándolo de radical, utópico y antidemocrático. Pero parece que no les funciona así que han optado por decir que "los jóvenes" tienen razón en que el sistema electoral tiene que cambiar un par de cosillas y que esos "jóvenes" no son antisistema sino ligeramente reformistas. Hay que escucharles, cambiar algo y se irán a casa. Eso es lo que dicen los medios de comunicación. ¿Qué van a decir ellos si sus dueños son los mismos contra los que se ha levantado toda esta gente? Ese discurso me parece peligroso por dos razones.
  • La primera porque elude el hecho de que la mayoría de gente que está allí SÍ es antisistema en el sentido de que culpabilizan al sistema capitalista de nuestra situación de falsa democracia, crisis e injusticia social. Critican que los dos grandes partidos (y no solo ellos) están al servicio del poder económico (es que me da cosilla llamarlo capital). Y el sistema no es más que la dictadura del dinero.
  • Por otro lado, el hecho de que siempre añadan la coletilla de "los jóvenes" pretende hacer que la ciudadanía en general no apoye la movilización. Quieren evitar lo que realmente sería peligroso para ellos: que la segunda hornada saliera a la calle y se sumara a los que están ahora. Ahí sería cuando el movimiento podría ser difícil de neutralizar.
       Yo he estado viendo desde hace semanas cómo en Palma un grupo de gente ha estado preparando el terreno para llegar a la manifestación del 15 de mayo y a la movida que ahora mismo está sucediendo en la Plaza de España. Conozco a algunos de ellos y he estado informado de sus avances, y de que se reunían todos los sábados a las 18:00 H en Pza. De España sin pasar de ser cuatro gatos. Yo no podía acudir por motivos de trabajo y por eso y otras cosas les daba mi apoyo moral pero no formaba parte activa en el movimiento en ciernes.

       Ahora veo lo que está sucediendo en toda España y me sorprende. Sinceramente no me lo esperaba. Y me encanta. No ya por lo que se pueda conseguir de cara a las elecciones del 22 (dudo que se acabe con el bipartidismo) sino por la experiencia de autoorganización y de lucha que mucha gente está acumulando. De cara al futuro.
Ayer por la tarde pasé un rato por Plaza de España y estuve participando en un debate improvisado. Improvisado, que no desorganizado, porque allí había alguien que tomaba turno de palabras, alguien que moderaba... Y todo el mundo se respetaba mutuamente.
Estabamos unas 150 personas en círculo, opinando cada uno sobre lo que habría que hacer en las proximas elecciones (no votar, votar en blanco, a partidos minoritarios...), lo que habría que hacer después del 22 (todos coincidíamos en que el movimiento debe continuar), o el contenido de cambio social que habría que dar a las reivindicaciones.
Y tengo que decir que me agradó ver la cantidad de personas diferentes que allí nos reunimos, con ideologías e ideas diferentes, con criterios a veces contradictorios, pero unidos por la repulsa al bipartidismo, al sistema democrático representativo y sobre todo al sistema económoco que lo domina todo.

       Pensé en quedarme a pasar la noche con ellos, pero no lo hice. Regresé a casa caminando y con una sensación agridulce, con una especie de nudo en el estómago. Por un lado pensaba – Qué bonito lo que he visto y qué grande lo que está pasando! - . Y por otra me criticaba – Debería haberme quedado con ellos, mojarme, participar activamente - .

       Al llegar a casa encendí la radio y me quedé escuchando una tertulia que hablaba sobre el tema. Unos estaban a favor, otros en contra, pero todos estaban de acuerdo en calificarlo de "movimiento de jóvenes", ignorando todas las pruebas que demuestran que no es así. Pero me sucedió una cosa muy curiosa. Al escuchar que el movimiento es de los jóvenes sentí una especie de liberación interior. Mi no participación en el movimiento, que me había venido comiendo la cabeza de camino a casa, se esfumó. Como en una especie de – ah vale, que es cosa de los jóvenes, ahora les toca a ellos, no es cosa mía – Me liberé de mi obligación moral de estar allí y defender lo que considero justo. Detecté el engaño, la manipulación que hay detrás de esa coletilla que usan los medios. Tienen miedo de que toda la sociedad se una. Quieren limitarlo a los jóvenes, a los que luego podrán aislar y reprimir. Y para ello pretenden "licenciar" moralmente a quienes no lo somos tanto, para que pensemos que no es nuestra guerra. Pero sí lo es.

       Y entonces pensé en esto de la segunda hornada.

       Cierto es que han sido mayoritariamente jóvenes quienes han impulsado este movimiento. No podía ser de otra manera, son quienes tienen más energía, sufren la crisis más que nadie e históricamente han sido el motor del cambio. Pero no podemos dejarles solos. Y es ahora cuando toca que todos los que hemos estado siguiendo el movimiento 15 M a cierta distancia nos involucremos de verdad y demos un sentido realmente amplio a la lucha por la democracia.

     A todos los viejos sindicalistas, los que corrieron delante de los grises, los artistas, músicos callejeros, inmigrantes, amas (y amos) de casa, padres y madres de familia, votantes moderados, independentistas, payeses, cooperativistas, autónomos, obreros del metal.... 
 
¡ACUDAMOS A LA PLAZA DE ESPAÑA! ¡PARTICIPEMOS EN LAS ASAMBLEAS!
¡HAGAMOS EL CAMBIO POSIBLE!